miércoles, 15 de septiembre de 2010

Temprano

A pesar de que dormí casi todo el dia de ayer, no tenía ganas de despertarme ni de levantarme. Mi mamá hasta con golpes me amedrentó para que desistiera de mi flojera, pero ni eso pudo contra mi. Ahora estoy acá, escribiendo, cuando debería estar en la ducha o vistiéndome para ir al colegio y llegar tarde como siempre. Estuve largo rato jugando con las pequeñas pugs. Todo era felicidad hasta que como niñas maldadosas tomaron el monedero que me trajo mi hermano de Francia y le dejaron cientos de dientecitos marcados. Lo peor es que no me puedo enojar con ellas, primero porque son chiquitas y debería estar atenta; segundo porque cuando me miran concentradamente con sus ojos desorbitados se me derrite el corazón.
Ahora desterré a las traviesas a la cocina, estoy "cazando moscas" y pienso que... honestamente estoy pensando en nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario